La cirugía de extirpación de las bolas de Bichat es una cirugía que ha sido popularizada por famosos que han pasado por este procedimiento como han sido: Paz Vega, Jennifer Lawrence, Kim Kardasian, Victoria Beckham, Angelina Jolie.. y muchos otros.

 

En primer lugar voy a responder a la pregunta que hacen todos los pacientes. ¿Qué son las bolas de Bichat? Y, ¿Realmente no valen para nada?.

 

Claramente, en 2 millones de años de evolución no hay nada en el cuerpo humano que no desempeñe ningún tipo de función. Y las bolas de bichat no son una excepción. La bola de Bichat es un compartimento cerca de la base del cráneo y entre diferentes grupos musculares lleno de grasa parda, amarilla, brillante y resbaladiza, que lubrica facilitando la función de succión en la infancia.

 

Se accede a ella desde la boca, por detrás y al fondo del receso de la última muela. Y es verdad que las bolas de bichat se utilizan de una forma amplia y habitual en Cirugía maxilofacial como opción reconstructiva en defectos oncológicos de la boca, en comunicaciones orosinusales tras extracciones dentales complicadas y en situaciones variadas. Porque esta grasa tiene la peculiaridad de que es capaz de transformarse en un tejido muy parecido a la mucosa oral y mantiene su vascularización a través de un pedículo muy estrecho que nos permite movilizar la grasa a diferentes zonas manteniendo la vitalidad.

 

Por tanto, se puede deducir, que las bolas de bichat son unas estructuras faciales a la que los cirujanos maxilofaciales tenemos especial cariño, puesto que nos encontramos con ellas en nuestro día a día. Este es el motivo por el cual, la extirpación de las bolas de Bichat es un procedimiento habitualmente solicitado en nuestro colectivo de especialistas.

 

Cuando eliminamos totalmente las bolas de Bichat en ambas mejillas, en vez de transponerlas o recolocarlas en otra localización, conseguimos afinar el perfil del paciente. Se crea un pequeño hundimiento bajo la proyección del malar y arco zigomático resaltando el propio arco. Es un efecto sutil, equilibrado y muy discreto, que juega con las luces y las sombras.

Tradicionalmente se ha dicho que los pacientes idóneos para esta técnica  son los pacientes jóvenes. El motivo es que son los pacientes jóvenes los que suelen tener caras más redondeadas. Cualquier persona con una cara redonda, mientras no tenga signos de descolgamiento de tejidos blandos, es un buen candidato a esta técnica.

Este efecto se ve mucho más claro en las fotografías cuando les quitamos el color, la exposición y la saturación. Vemos en las fotos postoperatorias cómo se define más claramente el arco zigomático, los pómulos y la región malar.

 

La cirugía es técnicamente ‘sencilla’. Se realiza bajo anestesia local en la propia clínica y no lleva mucho más tiempo que extirpar las muelas de juicio. De hecho, las recomendaciones postoperatorias, son semejantes a las que damos a los pacientes a los que les quitamos las muelas de juicio o les hacemos alguna cirugía ósea en boca: no escupir ni enjuagarse las primeras 24 horas junto con una dieta líquida y fría esas primeras 24 horas. Es conveniente dormir ligeramente semi-incorporado los primeros días y aplicar abundante hielo en la cara las primeras horas.

 

La complicación más frecuente es el hematoma, más habitual en gente que toma medicaciones que favorecen la antiagregación plaquetaria, como los antiinflamatorios, aspirina, vitaminas,… aunque lo habitual no es tener un gran hematoma, en caso de producirse, se va resolviendo sólo en las siguientes semanas.

 

Una ligera inflamación postoperatoria es habitual en todos los pacientes. De hecho, la mayor parte de los pacientes cuentan a sus personas cercanas (si no quieren compartir que se han realizado una bichectomía) que se han quitado las muelas de juicio.

 

Y, habitualmente, a todos los pacientes se les suele prescribir una semana de antibiótico y antinflamatorios para favorecer los días posteriores a la cirugía y evitar la sobreinfección.

 

El efecto final de las bolas de bichat sobre el perfil de la cara se nota sobre todo en las fotos frontales y los 3/4. Aunque al mes ya suele ser notorio, no solemos sacar las fotos finales hasta que se cumple el 6º mes y ha tenido lugar la cicatrización final del proceso con la adaptación de los tejidos de alrededor a la nueva situación.

 

Si estás pensando en quitarte las bolas de bichat, lo mejor es comenzar con una evaluación de la cara mediante fotografías y videos. Una valoración clínica del especialista es quien determina si un paciente es una candidato idóneo a extirparse las bolas de bichat y si va a obtener el efecto deseado. Una vez tomada la decisión, sólo queda encontrar el mejor momento para el paciente. Como todas las cirugías en zonas expuestas al sol y proveyendo la posibilidad de hematomas, siempre recomendamos hacer estas cirugías preferentemente en los meses fríos o templados del año (evitando el verano).

 

 

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